Fuente: Paphiopedilum Culture Sheet. American Orchid Society. (http://www.aos.org/orchids/culture-sheets/paphiopedilum.aspx)
Traducido y editado por la Associació d’Amics de les Orquídies de Burjassot (AOB).
Las paphiopedilum, conocidas popularmente como “zapatillas de dama”, tienen su origen en las selvas del Lejano Oriente, distribuyéndose desde la India hasta las islas Salomón en el Pacífico.
Son plantas semi-terrestres, que crecen en el humus y otros materiales presentes en el suelo de los bosques tropicales, en los escarpes rocosos y, ocasionalmente también, en los árboles.
Son fáciles de cultivar en el hogar, bajo luz artificial o en invernadero.
Luz
A las paphiopedilum se les puede proporcionar la luz adecuada más fácilmente que a muchos otros tipos de orquídeas, puesto que requieren de bastante sombra. Así, en casa se las puede situar frente a una ventana que mire al este o al oeste, o tras una cortina cerca de una ventana orientada al sur. En el invernadero, se les ha de dar un 90-85% de sombra (alrededor de 11.000-16.000 lux).
Por otra parte, prosperan bien con iluminación artificial: basta con ubicarlas a unos 15-30 cm bajo 2-4 tubos de luz fluorescente.
Temperatura
Las temperaturas de cultivo de las paphiopedilum cubren un intervalo considerable, por lo que estas orquídeas se separan tradicionalmente en dos grupos: el de las plantas con hojas moteadas que se desarrollan en ambientes templados, y el de aquéllas con hojas totalmente verdes que crecen a baja temperatura. Existe, además, un tercer grupo, cada vez más popular, que contiene a ciertas paphiopedilum que generan más de 1 flor por inflorescencia, tienen hojas más largas y estrechas y precisan de condiciones de cultivo más cálidas.
Estas últimas deben mantenerse a una temperatura de 16-18°C por la noche y a 24-29°C (o más) durante el día, mientras que a las que requieren de un ambiente fresco se les suele proporcionar una temperatura de 10-16°C durante la noche, elevándola como mucho a 24-27°C durante el día. Sin embargo, muchos cultivadores obtienen excelentes resultados sin separar a sus paphiopedilum en función de este criterio, situándolas simplemente en condiciones intermedias.
Además, cuando se las cultiva en exterior en climas templados, estas plantas pueden soportar temperaturas nocturnas de hasta 5°C, así como temperaturas diurnas de hasta 35°C. Sin embargo, se debe tener la precaución de proteger a las plantas del frío manteniendo la humedad baja y evitando la presencia de agua en las hojas (sobre todo en su base, en la llamada “corona” de la planta), puesto que puede ser el origen de podredumbres microbianas. Asimismo, cuando hace calor, conviene aumentar la sombra, la humedad ambiental y el movimiento del aire con el fin de impedir la aparición de quemaduras.
Riego
Las raíces de las paphiopedilum deben disponer de agua constantemente, ya que estas plantas no tienen pseudobulbos donde almacenarla. Así pues, necesitan que su sustrato permanezca húmedo, aunque no empapado, y hay que evitar que se seque. Para ello, normalmente es suficiente con regar 1 o 2 veces por semana.
Humedad
Las paphiopedilum prosperan bien con una humedad ambiental moderada, de entre el 40 y el 50%. Estos valores se alcanzan fácilmente en el hogar colocando las plantas sobre grava en bandejas parcialmente llenas de agua, de manera que las raíces de las orquídeas no entren en contacto directo con ésta.
En los invernaderos, la humedad no suele ser un problema, excepto en climas muy secos y cálidos. En ese caso, suelen emplearse sistemas de enfriamiento por evaporación para aumentar la humedad y reducir, a su vez, la temperatura.
Por otra parte, se hace imprescindible incrementar el movimiento del aire cuando la humedad ambiental es demasiado elevada.
Abonado
Hay que fertilizar las paphiopedilum regularmente, pero se debe hacer a dosis bajas para evitar quemar sus carnosas raíces. Si el sustrato es a base de cortezas, se recomienda el uso de un abono con alto contenido de nitrógeno (por ejemplo, 30-10-10).
Cuando se acerca el verano y las temperaturas aumentan, algunos cultivadores realizan aplicaciones cada dos semanas a la mitad de la dosis indicada por el fabricante; otros prefieren fertilizar en cada riego a una cuarta parte de dicha dosis. En cualquier caso, es importante enjuagar mensualmente el sustrato con agua sin abono para eliminar cualquier exceso de sales que pueda dañar las raíces.
En invierno, es suficiente con fertilizar una vez al mes.
Paphiopedilum x Wössner Butterfly. Foto de Lanny Fredris Morry, tomada de: http://bluenanta.com/orchid/100128727/hybrid_detail/?tab=sum
Trasplante
Las plántulas y las plantas jóvenes suelen trasplantarse anualmente, pero las orquídeas adultas sólo precisan de trasplante cada dos años o cuando el sustrato comienza a descomponerse.
Los sustratos utilizados varían enormemente. No obstante, la mayoría contienen cortezas de granulometría fina o media mezcladas con aditivos como perlita, arena y/o musgo Sphagnum. En cualquier caso, hay que lograr que el sistema retenga la humedad con un excelente drenaje.
Las plantas grandes se pueden seccionar en 2 o más partes, separando las coronas de hojas en grupos de tres a cinco brotes adultos. Las divisiones más pequeñas, aunque posibles, tienen dificultades para restablecerse tras el proceso y tardan bastante más tiempo en florecer.
La nueva maceta no debe ser demasiado grande: una paphiopedilum adulta de tamaño medio se desarrolla perfectamente en un recipiente de entre 10 y 15 cm de diámetro.
Se extienden las raíces sobre una pequeña cantidad de sustrato situado en el fondo de la maceta y se rellena con el sustrato hasta que la unión de las raíces al tallo quede enterrada a algo más de 1 cm de la superficie.
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